SUBORDINACIÓN Y VALOR - por Alejandro Romero

Los comentarios posteriores al discurso de Biolcatti el día que declaró inaugurada la 124ª Exposición Rural, no sorprende a nadie, mejor dicho sorprende que a algunos le llame la atención el contenido de esa arenga. El jefe de la SRA es de lo mas coherente con su historia, con su linaje, con su origen y con su ideología.
Su discurso deja mas claro aun cual es su pensamiento y su objetivo; el que se comenzó a exteriorizar a pocos días de haber asumido el gobierno la actual presidenta de la Nación; desgastar y si fuera posible voltear a la mandataria era uno de sus fines encubiertos, pese a que el discurso pareciera dispararse hacia el lado del reconocimiento de las instituciones y del orden constitucional.
Por suerte los medios monopólicos escarcharon a los jefes de la Rural y a sus acólitos del mundo político que los apoyan en su objetivo, y así nadie puede negar quien es quien y donde están parados; qué aplauden y qué rechazan, lo único que no se puede apreciar claramente cuál es su proyecto. Salvo que añoran a la Argentina agroexportadora de principios del siglo XX; la cual era de carácter exclusiva y excluyente. Como ejemplo sobra la demagógica propuesta de ilusionar a los jubilados con el 82% móvil pero no cimientan de donde van a sacar los recursos y por cuanto tiempo lo pueden sostener el tiempo, pero tambien exigen el fin de las retenciones sobre las exportaciones, que son los recursos extraordinarios a los que el gobierno, por ley , accede para poder mantener los subsidios a muchas de las actividades y servicios que se brindan para que el grueso de la población se pueda permitir, sin que se produzca inflación y aumentos incontrolados (combustibles, transporte, alimentación, etc). Es evidente que quieren desfinanciar al Estado para provocar una estampida de precios, en la cual ellos ganen y el pueblo sea el que la sufra.
A estos directivos habría que regalarles un espejo para que se miren claramente; acusan al gobierno de soberbio pero su actitud ante los demás es engreída y despreciativa hacia todo lo que no sea de su agrado; califican de autoritario y no se dan cuenta cual es su actitud ante el resto de la sociedad, dicen que este gobierno nacional es arrogante y solo basta mirar su postura y palabras ante las cámaras cuando son abordados por algún medio o periodista que no responde a sus ideales; expresan su malestar aduciendo que la administración de Cristina Fernández es crispada y confrontativa, pero no se escuchan a si mismos en sus discursos.
Como lo hicieron desde hace décadas, se apoderan de lo que consideran que es suyo con una total desfachatez e impunidad que da miedo; como simple y ultimo ejemplo es la apropiación de dos calles públicas en el partido de Carlos Casares por parte de Biolcatti, donde el ruralista tiene su estancia, sin importarle los reclamos y decisiones de los representantes del Concejo Deliberante local.
Por eso y por mucho mas, es que no sorprende el contenido del discurso del jefe de la Rural; lo que da lástima y confirma su grado de subordinación es la presencia en este acto de varios miembros de la oposición política de derecha, en particular de aquellos que se definen como peronistas disidentes y califican al gobierno como “kircnerista”, negando sutilmente su identidad con el movimiento que fundó Perón. Obviamente son disidentes, disienten de las ideas de Perón o mejor dicho de lo que el peronismo es en esencia y origen.
Se refugian genuflexamente ante la corporación explotadora y avalan su discurso con el solo objetivo de recuperar sus migajas de poder.
Habría que recordarles las palabras de Evita, cuando en 1951 dijo: “…no se crean; ningún oligarca puede darse un abrazo sincero con el pueblo”.
Queda claro y no sorprende, más bien da el mismo asco de siempre, la única diferencia es que ahora lo hacen a plena luz del día, sin medias tintas y buscando cuál podrá ser la formula a la que recurrir, ya que históricamente accedieron al gobierno por medio de un golpe de Estado ejecutado materialmente por las Fuerzas Armadas, pero hoy las circunstancias han cambiado, y el pueblo está aprendiendo a dilucidar lo que está pasando y quizá esto aclare mas aun la perspectiva; aunque tambien es cierto que una importante porción de la población cree aun que es parte de la torta; y avalan la oquedad de sus pensamientos; y eso es lo mas peligroso.