31 de Agosto - 1985 - VEINTICINCO AÑOS DE LUCHA Y MILITANCIA - 2010

Parece lejano aquel 31 de agosto. Nada más y nada menos que un cuarto de siglo. De un siglo concluído hace ya 10 años. Sin embargo, las consecuencias que gestaron el nacimiento de nuestra institución están allá, y están aún aquí. La lucha fue, es y será la misma. Hemos sí recorrido y aún hoy recorremos, un camino pleno de dificultades, de carencias, de olvidos, de soledad, de indiferencia, de críticas recibidas por hacer. Allí se suman los que critican siempre e incluso de muchos otros que declaman su supuesto compromiso con los DDHH. Sin embargo también hemos recogido lo que sembramos en memoria, llegando a escuelas a través de directivos o docentes escolares que nos han abierto las puertas de sus escuelas. Que se suman colaborando y dándole continuidad a la tarea más allá de algunos opositores o negadores de la verdad. Desde nuestra tarea, y aún cuando falte todavía mucho por hacer teniendo en cuenta la dinámica social, hemos logrado una mejor y más clara comprensión del significado de que cosa son los DDHH. Acompañamos con nuestra presencia otras luchas junto a organismos hermanos a nivel provincial y nacional. Sumamos proyectos de difusión y comunicación en el árido territorio de los DDHH bahienses, a través de talleres que replicamos en escuelas secundarias para que se conozcan las diversas herramientas con que cuenta un ciudadano para defender los suyos. Verificamos también desde allí y cotidianamente, que hemos crecido en presencia institucional. Sin embargo nada es suficiente, porque lo que nos movilizó y nos moviliza es seguir luchando y buscando la estatura humana.
Hoy nuestro país camina un sendero en el cuál la presencia del Estado es nuevamente fundamental. Hay realidades que también se han modificado favorablemente, particularmente en los últimos años. Aún queda mucho por realizar. Nuestra mirada sigue atenta, nuestra palabra dispuesta a la denuncia, como también al apoyo de aquellas medidas que son valiosas para la comunidad. Esta ha sido nuestra conducta permanente, como parte de la impronta que le señalara su impulsor y fundador, Ernesto Alfredo Malisia, siempre presente.
El logro de una política de este Estado, fundada en la lucha histórica de organismos como el nuestro, de sobrevivientes y familiares, a los largo y ancho de nuestro país, ha permitido avanzar sobre la impunidad de los genocidas de la dictadura cívico militar. Aún así los juicios a estos criminales no tienen aún, y después de cinco años, una concreción en nuestra ciudad. Esto como consecuencia de que los jueces que intervienen tienen una peligrosa y permisiva conducta. Una interpretación y manejo de las leyes que menosprecian a quienes buscamos justicia hace más de 30 años, validando los crímenes que se juzgan como delitos comunes, y facilitando así un favorable estado a los imputados que en nada se diferencia de la impunidad y que sí le da continuidad.
Hemos sido testigos y hemos denunciado públicamente, como un sector de la sociedad bahiense individualista, autoritaria, arribista y antidemocrática, cuando no cómplice y de la mano de muchos de sus dirigentes, pide mano dura e interpreta que sus derechos son especiales en detrimento de otros a los que la Constitución protege en igualdad. Que se han atrevido, sostenidos en las paginas de un diario golpista y reivindicador de la dictadura cívico militar genocida, a calificar despectivamente el garantismo, olvidando que es la Constitución la que valida democráticamente eso que ellos denostan, desenmascarándolos en su verdadera ideología. Que llama enemigos a jueces como la Dra. Susana Calcinelli, por haberse atrevido a defender esos conceptos constitucionales en la práctica legal, que se salen del “pensamiento único” de una ciudad que en general aparece como anestesiada e inmersa en conductas irresponsables que parecería le agradan.
Veinticinco años en esta Bahía del Silencio, exponen además falacias en este aspecto por parte de quienes han gobernado durante 20 años sin políticas de DDHH para el día a día, y que la actual conducción aún sostiene sin articular con lo valioso que a nivel nacional se prioriza. Con un discurso que nada tiene que ver con el significado del cambio profundo en marcha.
Veinticinco años no son pocos. En este aniversario, nos posicionamos en nuestro permanente compromiso y en los mismos términos de siempre, para encarar los veinticinco que se inician. Nos gratifica que la política haya vuelto al escenario con este nuevo Estado protagonista, y es así entonces que los DDHH comienzan a tener un valor fundamental para el crecimiento y la consolidación de una democracia inclusiva. Es relevante entonces posicionar un pensamiento que no deje de ver al ser humano como central, y cada medida que esa política dicte en los veinticinco por venir, nos permita lograr el sueño de aquellos que a costo de sus vidas y sin especulaciones, buscó ese otro país de TODAS y TODOS con la plena e irrestricta vigencia de TODOS los DDHH.

Eduardo A. Hidalgo – Secretario General – Asamblea Permanente pos los Derechos Humanos de Bahía Blanca